19 de Abril de 2024
Algunas ideas para abrir el apetito

sommelier normalEn casa, todos los hijos estábamos pendientes del horario del aperitivo de nuestro padre. Sistemáticamente, a las 7 de la tarde, era la hora del whisky con soda y hielo. Para nosotros, era la hora de pellizcar algún pororó, maní, papas fritas o algo más que acompañaba el whisky de papá y a nosotros nos deleitaba. Ni qué hablar cuando había algún invitado; la mesa tenía siempre cosas diferentes y se volvía más atractiva para nosotros.

La verdad es que era un aperitivo simple, pero nos encantaba estar alrededor de la mesa. La misma experiencia la vivo hoy con mis hijos; cosa que realmente me alegra y le da una importancia particular al aperitivo en mi vida.

Soy un fanático del aperitivo, sobre todo cuando involucra a los vinos. Me encanta porque creo que hay muchísimas cosas que uno puede aprovechar y disfrutar en ese contexto. Cuando recibo a los amigos en el restaurante, el aperitivo, con una botella de blanco o espumante, es inminente antes de ir al plato principal.

Vamos a repasar algunos tips sobre qué bebidas pueden usarse y sobre las mezclas que podemos hacer para un buen aperitivo.

El año pasado fui con unos amigos a uno de los restaurantes que más me gustan en Francia. Se encuentra en Alsacia. Tiene un hermoso jardín y está al lado de un río. Llegamos puntualmente y nos sugirieron sentarnos al aire libre para el aperitivo antes de pasar a la mesa; evidentemente, accedimos. Las opciones eran tres, sencillas pero de muy buen gusto: una copa de vino blanco Riesling, una copa de champagne (no recuerdo la marca) o una copa de Kir Royal a base de espumante de Alsacia. Para acompañar, algo sublime: amuse-bouches de foie gras local. Como entenderán, algo sencillo, delicioso, fino y, sobre todo, muy elegante.

Mi sugerencia es siempre ir por la sencillez de lo que uno puede preparar fácilmente en su casa. Por ejemplo, un aperitivo muy de moda es el Aperol Spritz, que no necesita mucho más que dedicarle 1 minuto a su preparación: 50 ml de Aperol, 100 ml de soda, 100 ml de un espumante, una rodaja de naranja, hielo, y ya está (como opción, un toque de jugo de naranja). Este aperitivo, llamativo por su color, es, además, bastante refrescante, algo que, como siempre, es más que necesario en nuestro país.

Si voy a seguir el clacisismo francés, nada mejor que un Kir Royal; para ello, solo son necesarios dos productos y una linda copa de champagne. En la sencillez está el resultado: se vierten unos pocos centilitros de licor de crema de cassis y, encima, se llena la copa con Champagne o un buen espumante. Este aperitivo aromático y frutal resulta ligeramente dulzón, echando para abajo esa sensación ácida que el Champagne le puede dar a algunos. Según el gusto de cada uno, se agrega más o menos licor. A mi entender, solo un pequeño toque de cassis, pero es una cuestión de gustos y de paladar. También considero que, regionalmente, tenemos un gran vino de aperitivo; proviene de una variedad vitivinífera autóctona de nuestro continente y se llama Torrontés. Indiscutiblemente, para aperitivo, es un vino fabuloso, aromático, seco en boca, ligeramente amargo (lo que hace abrir el apetito). Se disfruta bien fresco y es bastante flexible, así que, acompaña de todo: aceitunas, salame, brusquetas, quesos, palmitos, etc. Como dicen algunos: “un salvatore”.

El Champagne o un buen espumante siempre hacen parte de lo que se considera un aperitivo clásico y muy conservador. Dependiendo del gusto de cada uno, puede ser un Extra Brut o simplemente un Brut; no es recomendado que sea un Demi Sec para el aperitivo, ya que ello puede alterar un poco el paladar. También el color influye, pero sobre todo en el gusto del consumidor; blanco o rosado, no importa; la verdad es que no es igual, pero el rosado tiene más fruta, y esa elección ya es puramente personal. Lo importante es compartir el aperitivo, disfrutar de lo que uno está bebiendo, y nunca beber sin tener algo que pellizcar al lado.

24 de Mayo de 2018

Alacarta

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