3 de Mayo de 2024
Cognac para Poe

Cognac para Poe

En el cementerio de Westminster en Baltimore, durante décadas, un hombre misterioso dejaba tres rosas rojas y una botella de cognac medio vacía (...) sobre la tumba del escritor Edgar Allan Poe cada 19 de enero, fecha de aniversario del nacimiento del escritor.

Cuentan que la primera de estas ofrendas se vio en la madrugada del 19 de enero de 1949, cuando se cumplían 140 años del nacimiento de Poe (1809-1849). Un misterioso visitante encapuchado, vestido de negro de pies a cabeza y portando un bastón con manija de plata, había atravesado el cementerio para dejar furtivamente su ofrenda sobre la tumba de Poe. Año tras año la curiosa vigilia volvía a repetirse, convirtiéndose en toda una tradición. Los guardianes del cementerio con mucha solemnidad permitían al misterioso visitante encapuchado cumplir el rito cada año.

Nadie sabe porqué el visitante eligió las rosas y la botella de cognac y su identidad permanece totalmente oculta. (...) Los locales no tardaron en apodar al misterioso visitante como el “Poe Toaster” o "el que brinda por Poe", debido a que se presumía que la botella quedaba medio vacía porque el encapuchado tomaba parte de su contenido en honor al finado.

Pocas fueron las pistas que dejó el encapuchado. En 1993 dejó una esquela que decía: “La antorcha será pasada.” Y así fue. En 1999 el hombre de negro que vino a cumplir con el ritual volvió a dejar una carta, informando que se trataba de otra persona ya que el primer "brindador" de Poe, había muerto, pero no sin antes delegar la tradición a su heredero. (...)

Edgar Allan Poe había llevó una vida tan trágica como sus relatos. Su padre los abandonó cuando él tenía sólo un año. Su madre murió de tisis al año siguiente dejándolo huérfano. Él y sus hermanos fueron dados a parientes o recogidos por caridad. A Poe lo criaron los Allan, quienes años después lo apartaron de su vida. Su juventud la pasó persiguiendo amores imposibles. Su matrimonio con su prima carnal se ve interrumpido por la inesperada muerte de su esposa (y prima carnal), dejándolo desconsolado.

Una muerte que lo lleva a la bebida. En esa época de alucinaciones alcohólicas y opiáceas escribe su poema más famoso, “El Cuervo”, que sirvió para exorcizar la agonía que sentía por la muerte de su esposa de apenas 18 años a quien inmortalizó con el poema “Annabel Lee”.

Un 3 de octubre de 1849 Poe fue encontrado delirando en las calles de Baltimore y llevado a un hospital, donde moriría el 7 Octubre a las 5 de la mañana con tan solo 40 años. Murió en medio de terribles delirios y alucinaciones aterradoras que le hacían ver diablos azules y gritar repetidamente el nombre de “Reynolds” sin que nadie supiese a quién se refería. Hasta el día de hoy no se sabe con certeza de qué murió. Algunos lo atribuyen a su alcoholismo y otros a la rabia adquirida tras la mordida de un gato. Dicen que sus últimas palabras fueron: “...que Dios ayude a mi pobre alma...”.

El misterio sigue rodeando a Poe tras su muerte. Tras cumplirse 200 años de su nacimiento, el brindador, simplemente dejó de acudir a su cita anual. Se esfumó sin dejar ninguna explicación. El último año de la ofrenda fue el 2009. Tal vez murió repentinamente sin delegar su puesto. Si bien este año el brindador volvió a faltar a su cita. La Sociedad Poe decidió tomar la antorcha y celebrar una vigilia en honor al cumpleaños de Edgar Allan Poe. ¡Esperemos que no hayan olvidado llevar cognac!

14 de Noviembre de 2014

Alacarta

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