23 de Abril de 2024
Una de mis cepas preferidas que en Chile encontró un buen lugar, un vino con características especiales, con equilibrio entre la fruta fresca y jugosa de esta cepa y el balance delicado y perfecto del roble francés en su justa medida.

En Paraguay existe un fan club de winelovers y foodies -entre los que me incluyo- entusiastas de una pequeña bodega chilena muy prestigiosa. 

Hablamos de Ventisquero -ya definitivamente instalado como ícono en las sociedades de cata paraguayas-.

Desde que arribaron los vinos de esta bodega a nuestra capital fueron ganando de a poco nuestros corazones por su excelente calidad, carácter y personalidad, siendo productos diferenciados. También por el cordial y amable recibimiento del que fuimos objeto quienes tuvimos la oportunidad de viajar a Chile para conocer el trabajo de sus viñas y la vinificación en bodega.

Sus varietales y ensamblajes Grey y Queulat, son muy conocidos, también sus vinos de más alta gama, deliciosos y elegantes como Vértice, Enclave y Pangea. Este último del cual disfrutamos una cata vertical de diferentes añada, nos sorprendió con la evolución de sus aromas y sabores en el tiempo.

Hoy degustamos el Herú Pinot Noir, un vino bien diferente, también de alta gama, una de mis cepas preferidas que en Chile encontró un buen lugar, un vino con características especiales, con equilibrio entre la fruta fresca y jugosa de esta cepa y el balance delicado y perfecto del roble francés en su justa medida.

Sin más demoras, entramos en detalle sobre la producción de esta "joya".

Primero destacamos que Herú es un vino 100% Pinot Noir de un único viñedo de solo 3 hectáreas. Este viñedo llamado Tapihue se encuentra en la cima de un cerro en el famoso Valle de Casa Blanca. El suelo allí es de arcilla granítica roja con rocas de granito. La fruta es cuidadosamente seleccionada y pasa primero por una maceración en frío de una semana. Esto es para obtener mayor extracción de color, aroma y sabores, sin perjudicar los clásicos aromas primarios de fruta fresca roja. Luego, son fermentadas por lotes diferentes en tanques abiertos a temperatura controlada. Terminada la fermentación se realiza el ensamblaje de los diferentes vinos según la experiencia del enólogo Felipe Tosso.

Finalmente, todo el vino se lleva a una crianza en barricas francesas, 25% de las cuales son nuevas, 35% de segundo uso y 40% de tercer uso. Esto le da al vino una elegancia única asociada a una mayor complejidad en nariz y boca, agrega aromas no invasivos del roble y suaviza los taninos. Este vino no se filtra ni se clarifica, para que pueda expresar mejor las características del varietal y el terroir de donde proviene. 

Notas de cata:

Herú, 2017 Pinot Noir, con 13.5%gL de alcohol. Lo enfriamos a temperatura 13 a 15o. Al inicio lo catamos solo, luego lo maridamos con charcutería y quesos maduros, observando su armonía con intesidad y contrastes.

A la vista:

Límpido y brillante, rubí intenso con ribetes granate, siendo de capa media. En primera naríz resaltan aromas a fruta roja fresca y ácida con algún toque mineral y láctico.

En segunda nariz:

En copa aparecen discretos aromas de la barrica, bien integrados, vainilla, cedro y otras especies, en un fondo de hojarasca y terrosidad.

En boca:

Seco y afrutado,rico y de cuerpo medio, destacan taninos firmes, maduros y aterciopelados. Alcohol bien integrado, acidez que favorece su balance. Elegante y de estructura, con final de boca agradable, afrutado y prolongado. Exquisita evolución de los aromas con el tiempo en copa, pasa de frutas frescas a mermelada y aparecen notas tostadas.

Maridaje:

Herú, es un vino de muy buena calidad y momento justo para su consumo, su potencial de guarda hasta 8 años. Como todo Pinot Noir complejo, armoniza con pescados azules y carnes blancas, pastas, risottos de hongos, carnes rojas como el roast beef, charcutería, ensaladas con tomate seco y parmesano, quesos maduros, o ¡como prefiera degustarlo! 

27 de Agosto de 2021

Christian Mezger

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