28 de Marzo de 2024
Enemigo íntimo

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Con la intención de crear vinos que recuerden a los vinos europeos y a los múltiples intentos de los primeros inmigrantes de Argentina de producir ejemplares que los hicieran viajar con los sentidos y los ayudaran a rememorar su tierra natal, Alejandro Vigil (enólogo) y Adrianna Catena (historiadora) crearon la Bodega Aleanna, al pie de la Cordillera de los Andes, distrito de Gualtallary. Este paraje es también conocido como Alto Valle de Uco y se caracteriza por suelos pedregoso-arenosos; la altura de sus viñedos y las bajas temperaturas por la noche le dan mucha personalidad. Este terroir queda impregnado en cada varietal y los diferencia de aquellos que son de otras zonas del Valle de Uco. Aleanna es una bodega mendocina chica en cuanto a su producción, pero con vinos de alta calidad. Para darles vida a sus productos, se trabajan 12 hectáreas de viñedos propios y 4 hectáreas de terceros.

El Enemigo Cabernet Franc es la cepa y la línea de vinos de la que todos hablan. Por un lado, el nombre, ya que en el 2010 la etiqueta de alta gama Gran Enemigo Single Vineyard consiguió, en la reconocida publicación Wine Advocate, ser el Cabernet Franc de mayor puntaje de todo el mundo. Y, por el otro, la cepa; el Cabernet Franc está tomando relevancia y ya los críticos internacionales apuestan por esta variedad como sucesora del Malbec en el mundo.

La Cabernet Franc es una vid tinta de maduración primeriza, de origen francés, originaria de Bordeaux. Es prima hermana de la Cabernet Sauvignon, y muchas veces sus diferencias son tan sutiles que solo pueden distinguirse en boca, ya que esta última tiene más densidad que la otra. También se la conoce por formar parte de los vinos de corte de alta gama de diferentes bodegas; mantendrá sus cualidades únicas como varietal, representando y exaltando los diferentes terroirs de la Argentina. Esta es la tendencia desde hace un par de años: dejar de hablar de varietal para profundizar en el terruño. En líneas generales, esta cepa produce vinos elegantes según dice Alejandro: “En Gualtallary, se logran texturas y acidez natural poco comunes, ofreciendo una frescura diferencial, con carácter aromático, casi salvaje” .

En el caso de su uso en un vino de corte con otra variedad de mayor carácter (como la Cabernet Sauvignon o Merlot), se logra un vino de cierta estructura y complejidad que atrapa al consumidor en cada copa.

Una particularidad de la bodega es que mantiene métodos tradicionales de elaboración del vino de Mendoza. Trajeron viejos fudres alsacianos de 100 años de Italia y los volvieron a tostar y reensamblar en Mendoza. La dulzura de esta madera ayuda al carácter de esta cepa de clima frío. Estamos ante un vino que tiene crianza de 16 meses en barrica de roble francés.

Notas de cata

En la copa, este tinto presenta un color rojo rubí con tonos violetas suaves de capa media alta. En nariz, es un amplio abanico de aromas; principalmente los de fruta roja y alguna notas que nos recuerdan a la fruta negra (grosellas y moras), sutiles notas vegetales, especias como la pimienta negra. Su paso por madera nos da notas de eucalipto, regaliz y vainilla. En boca, tiene una entrada agradable pero sin perder su frescura amable con un paso firme y no demasiado rápido, dejando el paladar bastante impregnado. Taninos finos bien integrados. La fruta siempre aparece por encima de la madera. Final largo y persistente. Este vino tiene un excelente equilibrio y elegancia, muy bien estructurado.

Tiene un potencial de guarda de 10 años. Se aconseja decantar el vino por una hora antes ser degustado. Este ejemplar es ideal para acompañar gran variedad de quesos, platos de la comida italiana, las carnes rojas, asadas, ahumadas o bien condimentadas.


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3 de Mayo de 2018

Thelma Red

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