La sommelier Thelma Red nos habla sobre el Malbec de Bodega Noemía Patagonia Río Negro.
La Bodega Noemía surgió de un proyecto que comenzó con el descubrimiento y posterior restauración de un antiguo viñedo escondido entre los álamos, en un rincón remoto del valle del Río Negro.
Existía información acerca de un viejo viñedo donde se había plantado Malbec en 1930, y fue una hazaña llegar a ese lugar tan escondido. La ubicación: 1000 km al sur de Buenos Aires, 450 km al este de los Andes, casi 500 km al oeste de la costa atlántica y a unos 2000 km de Tierra del Fuego. Los socios del proyecto fueron la Condesa Noemi Marone Cinzano y el enólogo danés Hans Vinding-Diers, que se enamoraron del lugar y decidieron restaurarlo. A esta zona se la conoce por las plantaciones de peras, manzanas y por la irrigación de fuentes de agua Los Andes, el Río Neuquén y el Río Limay. Actualmente estas tierras están plantadas únicamente con cepas tintas Malbec, Merlot, Petit Verdot y, solo cuando las condiciones se dan para una excelente maduración del Cabernet Sauvignon, Hans Vinding Diers embotella también un Cabernet Sauvignon llamado “DUE”.
Estas vides datan de las décadas de 1930, 1950 y 2000. La producción total asciende a unas 80.000 botellas al año, de las cuales 35% queda en el mercado interno y 65% se exporta a más de 20 países en el mundo. Los vinos demuestran características de complejidad, mineralidad y elegancia. Jancis Robinson escribió hace unos años en su sitio web que el Malbec argentino “brilla sobre todos” y que “en el sur del país, la Patagonia Argentina con su subregión, Río Negro, es ahora una región productora de vino con derecho” esto fue un aval de la calidad internacional calificando con 18 puntos de 20 al Noemía 2006, una calificación a la altura del exigente mercado inglés. Con cada vendimia se busca encantar al consumidor con vinos armoniosos, orgánicos y que se rigen bajo las reglas de la biodinámica. Es una forma de agricultura holística que tiene en cuenta la tierra, el cultivo, los animales y el humano, también la influencia del clima y los astros, y que se rige con un calendario especial y técnicas de abono y cultivo especiales que agregan un valor extraordinario a la producción de vinos.
Noemía es una bodega boutique con una pequeña producción de botellas. El Bodega Noemía, Río Negro-Malbec 2016, el vino que hoy presentamos, es un Malbec puro de una sola parcela de viñas plantadas en 1932. De este vino se elabora una edición limitada de 1000 botellas de las cuales 100 vienen a Paraguay.
Tiene un trabajo artesanal dedicado e intenso con 15 meses de barrica de roble francés. A primera vista es de un espectacular rojo intenso con ribetes violáceos. En nariz es complejo con la fruta roja, fruta cocida, especias, flores y toques minerales. También la madera está presente con tostados y aroma a café. En boca tiene fluidez, taninos redondos, acidez equilibrada, vuelven las notas minerales típicas de la zona y un final persistente nos da la pauta de que seguirá madurando unos años más.
Este Malbec nos abre un gran abanico de posibilidades para acompañarlo. Como aperitivo armoniza perfectamente con quesos duros como el emmenthal y el gruyère. También con el queso provolone y otro que vaya a la parrilla. Si se comienza con embutidos tipo chorizos caseros y picantes es un acertado maridaje. Llegamos al plato fuerte y pueden ser carnes rojas a la parrilla, solomillo a la pimienta, asado de tira, roast beef y verduras salteadas.
Y para terminar, se puede disfrutar un buen Malbec con un postre como cheese cake de frutos rojos, flan de vainilla o café, volcán de chocolate o de dulce de leche o algo con chocolate amargo. ■